SU RECUERDO
Qué dirá Dios si le cuento
que tanto a ella la quiero
que no la puedo encontrar.
Qué contestará a mi duda
si le confieso que ahora
ya no la puedo olvidar.
Y aunque intento refugiarme
en los sueños más hermosos
no logro aquietar mis penas
cuando de su rostro hago
mi más dedicado esbozo.
Y cómo tranquilizarme
si Dios ya no responde.
Cómo poder olvidar
la candidez de sus ojos
la fragancia de su nombre.
©
Agustín Plaza |